Preguntas comprometidas

¿Qué podemos hacer cuando los más pequeños nos hacen esas típicas preguntas incómodas? Por ejemplo, cómo "se hacen los bebés" o por qué los niños tienen "colita" y las niñas no. 

Ante todo tratarlo con la mayor naturalidad posible. Para los niños, las situaciones que a nosotros nos pueden causar cierto pudor, a ellos sólo les produce curiosidad porque en general son más desinhibidos que los adultos (de ahí que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad). 

Si no os veis preparados para contestar a determinadas preguntas, por ejemplo sobre sexo, es mejor comentárselo al niño y proponerle una solución en la que participéis los dos "cariño, la verdad es que no se bien como explicarte lo que me preguntas pero si quieres buscamos información juntos".

Debéis evitar no contestarle, es decir, negar su pregunta o hacer como que no os ha comentado nada, por supuesto tampoco debéis censurarle ni decirle que eso no lo debe preguntar. De esta manera solo conseguiréis que tenga más curiosidad o que piense que lo que ha preguntado está mal o es malo.  

Os dejamos un vídeo... comprometido ;-)


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Niño inquieto o niño hiperactivo

Desde hace algunos años se está observando que hay un exceso de "diagnóstico" de niños hiperactivos. Es cierto que el conocimiento que actualmente tenemos sobre este tipo de trastorno es mayor que hace años, pero muchas veces se confunde un niño inquieto o travieso con un niño que presenta Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

Para empezar no hay que olvidar que los niños son INQUIETOS, es su naturaleza de niño, saltan, corren, son curiosos e ingeniosos, de ahí que se les ocurra multitud de travesuras. Pero... ¿cuándo esta inquietud nos debe llamar la atención? 

Cuando los niños ademas de ser excesivamente inquietos tienen dificultades para entender y respetar las normas, son impulsivos y desinhibidos (si piensan que tu falda es fea te lo van a decir pero si te consideran simpático también te dicen que te quieren :), sin importarle que consecuencias puede tener ese comentario), son desordenados para todo, comienzan a jugar a una cosa y al poco tiempo pasan a otra rápidamente dándose esta situación en varias ocasiones en poco tiempo y además hablan constantemente. Todos estos aspectos se complican un poco más cuando comienzan el colegio, sobre todo la Educación Primaria, donde suelen presentar dificultades en los aprendizajes, sobre todo en la adquisición de la lectoescritura. 


Pongamos un ejemplo

Pablo tiene 7 años, pasa mucho tiempo con sus abuelos porque sus papás tienen que trabajar mucho. En el cole le cuesta atender a las explicaciones que da la profesora, cuando tiene que hacer una ficha, a veces no la hace o hace lo que quiere o la hace fenomenal (le gusta mucho trabajar con la profe al lado y se esfuerza por hacerlo bien). A sus amigos no les gusta mucho jugar con Pablo porque le cuesta perder, se enfada mucho, ademas empuja y siempre dice que es una broma, pero cuando le empujan a él llora y se tira al suelo, aunque le expliquen que ha sido sin querer. Los abuelos le quieren mucho, la abuela tiene mucha paciencia con él. Cuando hay que hacer los deberes, le quita la tele, le pone en un lugar donde no hay mucho ruido, ademas le anima mucho, sobre todo cuando Pablo dice que "eso es muy difícil, no lo sé hacer y no lo voy a hacer".

Carlos también 7 años, va a la misma clase de Pablo. A Carlos le gustan mucho las matemáticas y presta mucha atención cuando explican cosas nuevas. Pero en "cono" se aburre más y se entretiene con sus cromos o hablando con sus compañeros de al lado. La profesora le dice que tiene la letra un poco regular, que separa muchas palabras que tienen que ir juntas y también une las que tienen que estar separadas, y le manda tareas de caligrafía para casa. Pero, cuando Carlos tiene que hacer los deberes por la tarde con mamá, se distrae e incluso se enfada muchísimo, se levanta de la silla, juega con el estuche, le dice a mamá que es muy difícil y que esta cansado y, a veces mamá y papá, "le perdonan" las tareas, sobre todo si se pone a llorar mucho. 

En estos dos ejemplos vemos que ambos niños tiene dificultades con la atención, con algunos aspectos del aprendizaje y que son "revoltosos". Sin embargo hay diferencias en ambos que nos hace pensar que uno pueda presentar hiperactividad y otro no. A Pablo, parece que le cuesta prestar la atención en todas las asignaturas, a Carlos en cambio le cuesta más en conocimiento del medio que en matemáticas donde está muy atento porque le gusta. Lo mismo ocurre con los deberes, la paciente abuela de Pablo, utiliza algunos truquitos para que le cueste menos hacer los deberes. A los papás de Carlos les cuesta más porque se pone a llorar y dice que está cansado. 

Ante esta situación, tanto la familia de Carlos como la de Pablo, deberían hablar y coordinarse con la profesora y escuchar sus propuestas y recomendaciones. Si estas dificultades persisten entonces deberían consultar con un especialista (orientador del centro escolar, psicólogo, pediatra) que les oriente sobre cómo manejar estas dificultades y cuál es su causa. 

Como siempre, ya sabéis que desde aprenderT hablamos en términos generales, cada niño y familia tiene unas circunstancias diferentes que hay que tener en cuenta.
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Carmen Marco
Psicóloga de aprenderT